domingo, 1 de diciembre de 2013

Helios, El Sol

Históricamente, el Sol ha ejercido para el ser humano una fascinación especial desde el origen de los tiempos, fascinación por otra parte por otra parte justificada ya que es el responsable de que exista la vida en nuestro planeta.

En este artículo haremos un repaso de nuestra Estrella de la Vida, analizando la vertiente astronómica, la histórica/antropológica, y por último su visión astrológica.

El Sol en la Astronomía


El Sol (del latín sol, solis, a su vez de la raíz proto-indoeuropea sauel-) es una estrella del tipo espectral G2 que se encuentra en el centro del Sistema Solar y constituye la mayor fuente de radiación electromagnética
de este sistema planetario.

La distancia media del Sol a la Tierra es de aproximadamente 149.600.000 kilómetros (92.960.000 millas) y su luz recorre esta distancia en 8 minutos y 19 segundos. La energía del Sol, en forma de luz solar, sustenta a casi todas las formas de vida en la Tierra a través de la fotosíntesis, y determina el clima de la Tierra y la meteorología. Contiene más del 99% de toda la materia del Sistema Solar, y ejerce una fuerte atracción gravitatoria sobre los planetas, lo que les hace girar a su alrededor dentro de órbitas.


Su origen fueron las nubes de gas y polvo que contenían residuos de generaciones anteriores de estrellas. Gracias a la metalicidad de dicho gas, de su disco circunestelar surgieron, más tarde, los planetas, asteroides y cometas del Sistema Solar. En el interior del Sol se producen reacciones de fusión en las que los átomos de hidrógeno se transforman en helio, produciéndose la energía que irradia. Actualmente, el Sol se encuentra en plena secuencia principal, fase en la que seguirá unos 5.000 millones de años más quemando hidrógeno de manera estable.

El consumo del Sol es de 4 millones de toneladas de Hidrógeno por segundo (pérdida de masa), que transofrma en Helio en su interior a una temperatura de 15 millones de grados centígrados. Su temperatura media en la superficie es de 6.000 ºC, y su gravedad de 274 g, casi 30 veces más que en la Tierra.
Se formó hace 4.650 millones de años y tiene combustible para 5.000 millones más. Después, comenzará a hacerse más y más grande, hasta convertirse en una gigante roja. Finalmente, se hundirá por su propio peso y se convertirá en una enana blanca. En el centro de esta central termonuclear, sustancias radiactivas como el Tritio y el Berilio circulan libremente. Se desplaza a una velocidad de 230 km/s alrededor de nuestra galaxia, La Vía Láctea, y tarda aproximadamente 250 millones de años en completar una órbita.

Pese a que el sonido no se propaga en el vacío, las radiaciones que emite pueden ser registradas, y mediante algoritmos, ser transformadas en sonido audible para el ser humano, con lo que este sería el sonido del Sol:



Esta corriente de radiaciones llega hasta nosotros (viento solar) y es la responsable del las Auroras Boreales, al ionizar los gases de las capas altas de la atmósfera y generar ese espectáculo de luz ondulante, que también tiene un sonido especial.




La Adoración del Sol

Un dios solar representa al Sol o aspectos de él, como pueden ser los rayos solares. En la mitología de muchas culturas el Sol era un dios; fue venerado a lo largo de la Historia en muchas civilizaciones, como la egipcia, la mexica, la incaica, la china, la japonesa, la griega o en religiones como la hinduista. Se considera que el culto al Sol pudo ser el origen del henoteísmo y, después, del monoteísmo.

En Egipto, el culto al Sol prevaleció durante siglos y se asoció su poder a muchos dioses, como Horus, Ra, Uadyet, Sejmet, Hathor, Nut, Bast, Bat y Menhit. A partir de la quinta dinastía los dioses locales se funden con Ra para crear divinidades sincréticas: Atum-Ra, Min-Ra o Amón-Ra.



Durante la dinastía XVIII, el faraón Akenatón cambió, temporalmente, el politeísmo que se practicaba en Egipto, proclamando un monoteísmo en torno a Atón, representado por el disco solar, posiblemente para contrarrestar la gran influencia del clero de Amón.

En Grecia, el dios del sol era Helios quien era concebido como un hermoso dios que usaba una corona aurifera de gran y poderoso brillo. Él conducía un carro por el cielo cada día hasta el océano, río perfecto que circundaba la tierra, Gea.
Homero señala al carro de Helios como tirado por toros de fuego, aunque Píndaro lo escribió que por «corceles que arrojaban fuego»

Sol Invictus ("sol invicto") o en forma completa, Deus Sol Invictus (latín "el invencible Dios Sol") fue un título religioso aplicado al menos a tres divinidades distintas durante el Imperio romano; El Gabal, Mitra, y Sol.
Juliano el Apóstata, declararía a Helios como la unica divinidad, siendo las otras divinidades simples expresiones de esté único dios, durante el tiempo de esté emperador la religión del sol se conviritió en la religión oficial dentro del imperio.





Representaciones del Sol como Aditya (India), Ameratsu (Japón), Helios (Grecia y Roma), Inti (Perú, Bolvia, Chile y Argentina), Huitzilopochtli (Mesoamérica), y una excena del Rey Nadu-Apaliddin orando frente al Dios Sol babilónico.

- En el panteón religioso mexica, el Sol era considerado una deidad muy importante y debido a sus creencias, se solían hacer sacrificios humanos, para entregar su "soplo divino" al sol Tonatiuh y mantenerlo vivo.
- La cultura inca, asentada en lo que hoy es el Perú, Ecuador, Bolivia, parte de Chile y Argentina tenía como deidad al Dios Sol llamado Inti. El Inca o emperador, era considerado hijo de Inti. Considerado por las dinastías incaicas como el Sumo Hacedor. Con la colonización española, y la religión católica impuesta, los súbditos del imperio inca fueron obligados a que dejáran de adorarlo. La esposa de Inti, Quilla, era la Luna, diosa de la mujer y de los quehaceres femeninos.
En el Perú, se los llamaba Dios del Sol a los jefes de los incas que, según ellos, eran el Sol y se dice en la leyenda de Manco Cápac y Mama Ocllo que ellos fueron enviados por su padre el Sol.
- En la simbología cristiana se identifica a Cristo con Helios y al círculo con la eternidad.
El Sol y la Luna simbolizan el oro y la plata, rey y reina, alma y cuerpo.
El Sol y la Luna en la crucifixión simbolizan las dos naturalezas de Cristo.
El Sol es la morada del arcángel Miguel. La luna es la morada del arcángel Gabriel.
El Sol es el Padre Universal. La Tierra simboliza la Madre Naturaleza y la fecundidad.
- Amateratsu es la diosa del Sol en el sintoísmo y antepasada de la familia imperial de Japón, según dicha religión.
- En la cultura tamazight de Canarias tenían como deidad al Dios Sol, al que llamaban Magec o Abora, según las islas.

El Sol en la Astrología




Astrológicamente, el Sol, gobierna la esencia del ser, es ambición, espíritu, esperanza, energía, poder y organización. Confiere creatividad, orgullo, generosidad y dignidad. Pero está también relacionado con el egoísmo, la pomposidad y la arrogancia. Representa la masculinidad ardiente y seca, en relación opuesta a la Luna, que es fría, húmeda y femenina. El Sol es la conciencia, la parte iluminada de la mente; la Luna es la parte inconsciente o el conocimiento intuitivo. En el cuerpo humano, el Sol tiene una influencia especial sobre el corazón, el sistema circulatorio, y en la salud y vitalidad general. El Sol, junto con la Luna, Mercurio, Venus y Marte, es uno de los planetas interiores y personales, los cuales ejercen una influencia directa sobre la vida de los individuos. Su posición en el momento del nacimiento determina el signo natal personal, el signo solar, un importante elemento en el análisis total de la personalidad astrológica, el índice de comportamiento básico del individuo, que será completado y modificado por la posición de los otros planetas. El Sol rige al signo Leo, que es su reino específico, y representa a reyes, jefes de estado, padres, maestros, compañeros masculinos y amigos mayores.
El Sol es la síntesis del Yo, el propósito y la dirección de la persona en la vida.
Cada uno de los planetas tiene su propio símbolo o glifo, usado en las cartas natales, Los glifos se crearon con diferentes combinaciones de los tres elementos básicos que los astrólogos llaman el círculo del espíritu, la luna creciente del alma, y la cruz de la materia. El glifo del Sol es un círculo, la imagen del todo, con un punto: el centro de la vida.

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